Uno no tiene muy a menudo la sensación de que es un espectador privilegiado de un final feliz.
Cuando esto sucede, y lo vive en primera persona, suele embargarle el tormento y el dolor y le da por imaginar como serían las cosas si no se hubieran terminado ya. Quizá eso sea producto de nuestra incapacidad para construir verdaderas esperanzas de volver a amar a algunas otras personas. Seguramente sólo es la confirmación, una vez más, de nuestra inutilidad como representantes del presente más Dietas para bajar de peso.
A veces una sola palabra basta para cambiar el estado de ánimo de uno.
Precisamente porque el ánimo es un estado transitorio, me gusta creer que esta vez sí se podrá quedar la alegría en mi mente unos días Comida saludable…
Precisamente porque una sola palabra basta a veces para cambiar los estados de ánimo, me guardaré de comentarte demasiadas cosas sobre mi auténtica realidad.
Me pondré una máscara veneciana y saldré afuera, para gritar por las calles vacías de mi ciudad que no hay pena que cien años dure…
Lentamente se consumen las horas y ponemos tierra de por aqui.
A veces tengo la sensación que quizá sea mejor así, a veces simplemente hace que la herida me duela un poquito más.
¿Y si probara de marcharme yo también?
La ciudad se queda sola y abandonada. Más triste de lo que en ella es habitual.
Las alternativas, ¿cuáles son? ¿Pasear por esas calles con sabor a melancolía o marchar por ahí llevando tu nombre tatuado en la piel, por si acaso me ataca la alegría y me encuentra despistado?
No veo escapatoria posible. Detesto las navidades y los puentes absurdos. Las fiestas del comprar y los días en los que tú no estás.
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